Los estilos de vida y hábitos con consumos excesivos e inadecuados, abren el camino susceptible o de mayor riesgo a enfermedades. La meta entonces, está en ofrecer alimentos y comer equilibradamente, con variedad, porciones adecuadas y frecuencia ideal, sin dejar atrás el tener una vida activa y en movimiento para asegurar que el cuerpo funcione de manera adecuada: Equilibrio inteligente.
Sin embargo, es común que los alimentos que podrían atraer más a los niños sean catalogados como los “malos del paseo”, pero ¿serán estos realmente malos por sí solos? No hay un alimento que sea el responsable de forma individual. No se trata de prohibir alimentos, la idea es enseñar a nuestros hijos a consumir alimentos de manera equilibrada. Estamos formando pequeños cuerpos pensantes, que en algún momento tendrán la capacidad y libertad de poder elegir que comer.
¿Cómo lo hacemos, para lograrlo y que sea un proceso tranquilo y agradable para todos en la familia?
Primero debemos tener presente que es natural que los niños se sientan más atraídos por empaques llamativos, con muñecos o juguetes de regalo, que por una sencilla lechuga o papaya. Por eso no debemos desanimarnos cuando prefieren ciertos alimentos sobre los naturales; los publicistas hacen un gran trabajo.
Te compartimos 5 claves que puedes poner en práctica para lograrlo:
- El secreto está en mostrarles cómo cualquier alimento, con o sin empaque colorido, puede ser igual de divertido y delicioso. Cuando compres productos con empaque llamativo, puedes ponerlo en un envase diferente al llegar a casa.
- Crea límites o reglas en casa para la compra de alimentos que sabes no se deberían consumir todos los días: Involucra y participa a tu hijo en la creación de estas reglas, para que el lo vea como un juego del que irá aprendiendo rutinariamente.
- No hablar de alimentos “buenos” o “malos”, enseñar y mostrar los alimentos desde su naturaleza, por medio de los sentidos y a partir de los límites que con creatividad creamos en casa para orientar a un consumo responsable.
- La naturaleza y la industria son dos grandes “fabricas” productoras de alimentos con diferentes calidades y proporciones de nutrientes. La naturaleza, debe ser la responsable de la base de la alimentación de cada día: Vegetales, frutas, cereales integrales y no procesados, tubérculos, leguminosas, carnes (pollo, res, cerdo), pescados, nueces, aceites naturales y el agua.
- El equilibrio a la hora de comer, hace referencia a la armonía que debe existir entre la variedad de alimentos que nos ofrece la naturaleza para garantizar calidad y cantidad de nutrientes que tu niño necesita, en porciones proporcionales a su tamaño y crecimiento, y con hábitos adecuados, sin olvidar aquellos que dan felicidad y placer al comerlos, por gusto y momentos sociales, que podremos llamar antojos para consumir ojalá no más de 2 veces a la semana.
Siendo madres y nutricionistas, creemos fielmente que la prohibición de alimentos no tiene ningún beneficio; la educación y orientación es la clave. Pero te estarás preguntando- ¿Cómo voy a educar a mi hijo/a para que sepa moderar su consumo de dulces y golosinas? – Con paciencia, amor, ejemplo y experiencias agradables alrededor de los alimentos naturales, lograremos que nuestros pequeños encuentren un equilibrio inteligente al consumir los alimentos que les encantan.